La lechuga, su breve historia

La lechuga (latuca sativa) se cultiva desde millones de años. Las primeras referencias llegan desde Egipto, en donde se cultivaba ya en el 2680 a.C. por sus semillas, con las cuales se producía un aceite. Los griegos y los romanos después difundieron su cultivo.

A causa de su rápido carácter perecedero, después de la cosecha, en el pasado no se vendía lejos de los lugares de producción. Gracias a las nuevas tecnologías del siglo XX, se ha asistido a la propagación mundial de la lechuga.

En el 2013, en el mundo han sido producidos 24.9 millones de toneladas de lechuga; Italia se coloca quinta como productora y exportadora.

Valores nutricionales y principales variedades

Para comprender el gran éxito de esta verdura, es necesario observar sus valores nutricionales; 100 g de producto contienen:

  • Agua 94,3 g
  • Carbohidratos 2,2 g
  • Fibra 1,5 g
  • Lípidos 0,4 g
  • Potasio 240 mg
  • Fósforo 31 mg
  • Calcio 45 mg
  • Sodio 9 mg
  • Vitamina C 6 mg

Además, existen distintos tipos de lechuga: la más famosa es la ensalada iceberg, pero en el mercado se encuentran también las variedades rojas, por ejemplo, la Lollo Rossa y la Romana.

Irrigación de la lechuga

En cuanto al riego, la lechuga es una planta muy exigente.

Debe evitarse que se formen encharcamientos y, al mismo tiempo, mantener un suministro constante y preciso. Una escasez de agua implicaría una interrupción en el crecimiento de la planta.

La lechuga requiere un riego abundante durante el verano, evitando, en lo posible, la alternancia de terreno deshidratado y terreno mojado. También hay que evitar que el terreno permanezca demasiado tiempo mojado y no bañar las hojas, para reducir los riesgos de propagación de enfermedades fúngicas.

Por estas razones, la micro-irrigación es la tipología más recomendada para este tipo de cultivo.

Características del cultivo

Temperatura

La lechuga es una planta que necesita de temperaturas templadas, la temperatura óptima es de 15°-20°, en el periodo de crecimiento, pero requiere una variación de temperatura de acerca 10° entre día y noche.

Contrariamente a lo que se cree, se resiste bien a las bajas temperaturas hasta -6° C, mientras sufre las temperaturas elevadas como los 30°. En estos casos puede producirse un crecimiento rápido y luego empezar a marchitarse.

Terreno

El terreno ideal para el cultivo de la lechuga es alcalino, con un PH comprendido entre 6.7 y 7.4. El terreno debe ser rico en nutrientes y, dado que la planta es sensible a la humedad, es preferible un tipo de terreno que evite la formación de encharcamientos. La mejor solución es un terreno ligeramente arenoso.

Humedad

Al ser una planta con elevado contenido de agua, la lechuga sufre tanto la falta como el exceso de humedad, que deberá mantenerse de manera permanente dentro de los intervalos recomendados.

El rango ideal se sitúa en torno al 60%-80% de humedad. Por debajo de este rango, la planta no crece; por encima de este rango, se convierte en extremadamente sujeta a ataques fúngicos y se pudrirá.

Cómo organizar el plan de cultivo

Para organizar el plan de cultivo de la lechuga, debe tenerse en cuenta el tamaño. En general, en un metro cuadrado de terreno, pueden cultivarse de 10 a 40 plantas, según los varios volúmenes.

Normalmente, se siembran plantas en cuadrados de 30 cm de lado, teniendo cuidado de dejar espacios de 80-120 cm entre las distintas líneas.

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